Durante siglos tener pies diminutos fue un símbolo de estatus y erotismo en la cultura china. Para lograrlo, las mujeres eran sometidas a un doloroso proceso que iniciaba antes de cumplir 5 años e implicaba fracturar los dedos y el arco para cambiar su forma, evitando así que crecieran demasiado. Desde Calzados Cruz Verde queremos que conozcas la tradición china de los pies de loto y por qué está costumbre era considerada como un símbolo de belleza.

Sufrir por belleza

Hacer todo lo posible para encajar dentro de los parámetros de belleza de la sociedad no es un concepto ajeno a las mujeres de cualquier cultura y época. Hoy en día es normal someterse a dolorosas cirugías para mejorar alguna parte del cuerpo y parecer más atractiva. Pero hay tradiciones que han llevado la modificación corporal al extremo, como sucedió en su momento con el vendaje de los pies en China.

La costumbre se extendió por un siglo en el país asiático y aún hasta hace unos pocos años se podían encontrar algunas ancianas con pies de loto, según han demostrado algunos trabajos periodísticos. Una de ellas confesó en 2007 a un medio estadounidense que se arrepentía de sus pies pequeños porque estos limitaban sus movimientos. Y muchas aseguraban que sentían vergüenza.

Pero antes de que se prohibiera vendar los pies de las niñas era poco lo que se podía hacer para evadir la costumbre e incluso lo aceptaban como parte de lo que debían hacer para conseguir un buen marido.

Las primeras mujeres con pies de loto comenzaron a practicar el vendaje en el siglo X, durante la dinastía Tang y la primera en hacerlo sería una cortesana del emperador Li Yu que para conseguir un baile con más gracia vendó sus pies y les dio forma de media luna. Su esfuerzo funcionó, el emperador se enamoró y el resto de las mujeres del palacio comenzaron a imitarla.

Pronto la tradición china de los pies de loto se extendió entre las familias de clase alta, debido a que estas podían permitirse mantener a la hija a la que sus pequeños pies le impedían trabajar o movilizarse fácilmente. No pasó mucho tiempo antes de que las clases más bajas también comenzaran a hacerlo para conseguir un marido adinerado para sus hijas.

Pero, ¿por qué eran tan codiciadas las mujeres de pies diminutos? Aunque la práctica era una tortura para las niñas, sería cuando crecieran que verían los frutos de su sufrimiento. Los hombres consideraban la forma de caminar de estas mujeres era muy sensual, lo que terminó convirtiéndolo en un fetiche. Además, le daba estatus porque significaba que podía mantenerla.

Al ver restringidos los movimientos, las mujeres también se hacían más dependientes de sus parejas y no podían ir muy lejos por sí solas. Esto limitaba su participación en la vida pública. De hecho, su característica forma de caminar se debía a que luchaban por mantener el equilibrio.

En la intimidad, en cambio, los pies vendados se convirtieron en la parte más íntima del cuerpo de una mujer. Nunca podían ser vistos sin los vendajes y, a pesar de ello, se documentaron al menos 48 formas de jugar con los pies de loto durante el sexo.

Proceso doloroso

El vendaje de los pies se comenzaba a hacer entre los 2 y 5 años de la niña. Se aprovechaba esta edad por la flexibilidad y la facilidad para fracturar los dedos de la pequeña para darles formas.

El proceso iniciaba sumergiendo los pies en una mezcla de agua caliente, hierbas y sangre animal para luego hacer un masaje para ablandar los pies y desinfectar la zona. Previamente se cortaban al máximo las uñas para evitar heridas. El próximo paso era comenzar a doblar los cuatro dedos pequeños hacia la planta del pie para lo cual era necesario fracturarlos.

Un primer vendaje se utilizaba para mantener esa posición y el segundo para replegar el empeine hacia el talón. Las vendas se apretaban cada vez más, los pies se revisaban para limpiar las heridas, atender posibles infecciones y cambiar el vendaje. En ocasiones provocaba la pérdida de uno o más dedos y, en casos muy graves, la muerte.

Lo ideal era conseguir “pies de loto dorados” que medían solo 7 centímetros, los “loto de plata” eran de 10 centímetros y los más largos -y poco deseados- eran “pies de hierro.

Zapatos de loto

Con la popularidad que ganaron los pies vendados -en el siglo 19 el 50 % de las mujeres chinas se habían sometido a este proceso-, es obvio que necesitaran una prenda ideal para vestirlos y cubrir los vendajes. Así nacieron los zapatos de loto, que pudiéramos incluir en la lista de zapatos icónicos de la historia.

Estas prendas se fabricaban en seda y tenían forma de capullos. Eran zapatos coloridos, con adornos que en su mayoría consistían en flores y formas naturales bordadas. Algunos también tenían tacos de madera. El fetichismo llegó a tal punto, que había hombres que utilizaban los zapatos para beber té.

La tradición de vendar los pies fue vetada en 1911 y en 1998, la última fábrica que producía estos zapatos anunció que cancelaba la producción. De los pies vendados quedan hoy los testimonios de quienes fueron testigos de las mujeres con pies de loto y de una tradición que acabó gracias a la influencia extranjera, una mentalidad más moderna y la conciencia sobre la importancia y el cuidado que merecen los pies.

Esperamos que te haya gustado este paseo por la tradición china de los pies de loto. A lo largo de la historia. ¿Hasta dónde serías capaz de llegar por ser considerada una mujer con pies bellos?