En esta oportunidad Calzados Club Verde le presenta la historia de Manolo Blahnik, la mente maestra detrás de los “zapatos Manolo”, quien ha sabido imprimir un sello de originalidad y comodidad a cada una de sus creaciones. Gracias a ello, posicionó su marca a lo largo y ancho del mundo. Conoce parte de su vida y sus inicios en el siguiente post.

Todo empezó en Santa Cruz de La Palma

Es producto del amor de un checo y una canaria, creció en un campo, entre las plantaciones de plátanos que eran propiedad de su papá. En sus primeros años, comenzó a aprender todo lo referente a los zapatos en su propia casa. Ya adolescente, sus padres lo enviaron a Suiza, país en el que estudió y obtuvo su título en Derecho Internacional. Posteriormente hizo un guiño a las artes e hizo una carrera en Literatura.

Tenía sed de conocimiento, así que, cerrado el ciclo en Suiza, se mudó a París para seguir estudiando, esta vez, siguiendo su verdadera vocación, Artes en la escuela de Louvre. Ese no sería su último destino porque después se vio atraído por los encantos de Londres, desde esa ciudad inglesa, se encargaba de escribir artículos para la edición italiana de Vogue, además, hacía algunas fotografías.

Gracias a ese empleo, comenzó su roce con el mundo de la moda y conoció personajes de la talla de Eric Boman o Paloma Picasso, sería ella la clave para que más adelante “Manolo” se convirtiera en un imperio del que todas quieren un ejemplar en la actualidad.

¿Por qué fue clave? Pues Paloma Picasso fue la persona que le presentó a Manolo Blahnik a Diana Vreeland, quien en ese momento era editora de la prestigiosa revista Vogue de Estados Unidos, fue ella quien vio ciertos bosquejos que Blahnik llevaba consigo, y notó que había un talento que se debía pulir, lo aupó a seguir en ese mundo. Después de este encuentro, no pasarían 10 años para que todas desearan tener -por lo menos- un par de Manolos en el armario.

Su primera tienda “Zapata” abrió sus puertas en Londres para 1973, allí había uno que otro modelo que Blahnik tenía para su clientela. Luego, el diseñador Ossie Clark lo contrató de manera exclusiva, para que diseñara zapatos originales para sus desfiles. Para 1974, ya tenía un nombre sólido en el mundo de la moda, tanto es así que posó con la veterana actriz Anjelica Houston y se convirtió en el primer hombre en aparecer en una portada de Vogue-Inglaterra, todo un escándalo para la época.

En 1979 dio uno de los pasos más sólidos de su carrera, abrir su primera tienda en “la ciudad que nunca duerme”, New York.

Las premiaciones por su trabajo, no tardarían en llegar. Para 1987 ganó la nominación del CFDA (Council of Fashion Designer of America) -Consejo de diseñadores de Moda- en Estados Unidos. Esa no sería la única condecoración, luego en su país natal, lo distinguió con la “Aguja de oro” en el año 2001 y se convirtió en el diseñador de honor para la industria de Londres.

En el 2002 recibió la “Medalla de oro en mérito en las Bellas Artes”, de manos del rey Juan Carlos I.

Para el año 2012 ya había realizado un total de 25.000 pares distintos de zapatos, pero como buen perfeccionista que es, se los probaba él mismo -ya no lo puede hacer por un problema de salud en sus piernas-. Blahnik ha confesado en varias entrevistas que, aún en la actualidad, está en la búsqueda del “modelo de zapato perfecto”.

Proceso de confección

Su técnica es bastante artesanal y minuciosa que da como resultado un calzado de gran calidad. Tras hacer un bosquejo, el mismo Blahnik, le da forma a su idea en un pedazo de madera, después utiliza un molde de plástico en el que le da rienda suelta a su imaginación, en él Blahnik empieza a pintar, recortar y pegar a su gusto basado en distintas fantasías, también hace mezclasde texturas, materiales de diversos tipos y colores. “Manolo” ha confesado que no toma en cuenta “las tendencias de la moda”, se guía en su propia intuición.

Luego que Blahnik da por concluido su proceso creativo, (él es el único que hace los zapatos de su marca) el prototipo se envía a Italia y paso por 50 procesos de producción y confección.

El trabajo y la mística son netamente manuales, por ello, son tan irresistibles y codiciados -según las féminas que han tenido la oportunidad de llevar unos-. Esta marca de zapatos, es signo supremo de la distinción, por el que más de una mujer ha comentado “la vida se ve mejor desde un par de Manolos”.

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Símbolo de estatus

Celebridades como Paloma Picasso dice que se siente “desnuda” sin unos Blahnik, la modelo y cantante Victoria Beckham aseguró que “lo primero que rescataría de su casa en llamas, sería su colección de Manolos”. Todas son adictas a caminar en estos zapatos de 20 centímetros, seguramente necesitarás conocer las técnicas para caminar en tacones, antes de usarlos.

Los Manolos se han convertido en un símbolo de estatus y son deseado por todas las chicas en general. Suelen costar 1.100 euros, los más económicos, los que se diseñan de manera exclusiva tienen un valor de más de 6000 euros.

La temida Anna Wintour, directora de Vogue USA, lo denomina como “El ángel de la moda” afirma, que sus zapatos, “le han enseñado a tener paciencia y a ser más ordenada con sus pensamientos”. Las obras de Blahnik, según Wintour, son piezas atemporales y no un objeto perecedero.

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